jueves, 17 de mayo de 2012

Retrato en gris marengo







Encantamiento 
de la mirada:
La vela ondulando 
y la cera perdiéndose 
en lágrimas sin dueño. 

Nueva paradoja: 

ser heliotropo 
y observarse retrepar
el espaldar de la vida
sin llegar a acodarse.

Recuerdos de niño: 

festejan los mayores
mi acendrado mirar;
hoy, por el contrario,
calzo los ojos esquivos
de un transeúnte de sueños.

¡Cómo disfrutaba, de chaval, 

al abrir la cancela y huir
al bosque, a perderme 
–o a encontrarme–
trenzando algún lazo
o henchido de escudo y aljaba!

Esta noche, tan clara,

rasgo a pluma 
los renglones cursivos 
para que, al café del alba, 
se tracen con otras linotipias
en invisibles recuadros
los cuadernos de mis bitácoras. 

Mal del viajero, nostalgia: 

creo vislumbrar a aquel 
engreído adolescente, 
como el altivo personaje 
de Tonnio Kröger, 
caminando por el retiro, 
con el rostro de Jane Birkin 
tatuado en el corazón. 



Madrid, Mayo del 2012/Enero de 2013





lunes, 7 de mayo de 2012

No hay culpa






Desamorlenta labor del olvido;

estas cuartillas son cómplices

contra la pena de deambular por el barrio, 

cura de ciego para el desatino. 


Cuando no se espera cambio alguno

se aguarda que pase el último aguacero

mirando las rosadas nubes de la tarde, 

iluminar los charcos del sendero. 



Cuando asumimos sin remedio,

no queda otra que asumirse;

las arrugas del rostro te dirán, 

si no hubo  otro medio que rendirte. 



La vida se empeña y siempre 

anuncia en carteles de circo,

que todo es posible, lanzarnos 

a la calle sin temor ni rubor, afirmar: 

¡Antes muertos que insensibles!





Madrid, Mayo de 2012

El pozo, el brocal y el cubo

In memoriam Agustín Vento Retorna al pozo y a las tunas de pinceladas sueltas y a las relumbrantes mañanas, Con su brisa de pluma  y...