al resguardo de los soles de agosto
las gardenias destilan un sutil perfume
las gardenias destilan un sutil perfume
que interrumpe mi lectura,
con una evocadora maraña de ecos etéreos.
con una evocadora maraña de ecos etéreos.
Amanece un anhelado junio en Madrid
y el quiosco de las flores
rebosa de pétalos variopintos frente al anden,
rebosa de pétalos variopintos frente al anden,
aun oscurecido, que me arrebatará de aquí,
hacia un puerto de calles refulgentes,
cercado por marismas y balsas de azul cobalto;
allá, en medio de un laberinto de lodo
coronado de un ralo verdor
que guarece de los vientos,
que guarece de los vientos,
nace la paciente decantación de las salinas.
Cada anochecer, correrías de golondrina
Cada anochecer, correrías de golondrina
y el "Galán" exhalando su dulce aroma
por el extremo de la recoleta plaza.
Un sol acaramelado arranca destellos de nácar
de la fachada de Don Justo que, solitaria,
refulge en su coqueto modernismo.
Rachas de una brisa, cálida y terreña,
arropan de ingenuidad el encelado recreo,
camino de la orilla, por los pinos de Santa Ana.
Un cerco de caricias y huidas
abren trocha entre la tibia duna,
donde los rafales exudan su dulce rocío.
Y tu sombra, clareando entre las adelfas,
y yo, aturdido, afanándome tras tu rastro
como lebrel que merodea las hondonadas.
Tus dedos dejan sobre mi piel un reclamo
de resina, mis labios trazan un sendero
de suspiros hasta el lindero enagua.
Un coro de caireles nocturnos acompasa
el jadeo de la rompiente bajo un manto de luna
que espejea en un mar de bonanza.
Cual mal presagio, el encanto súbitamente se rompe,
Desbaratando las imágenes sobre el tapete de la noche,
Con todo, doy lo perdido por gozado
y lo que creo que fue, por aquello que confiaba
que pudiera, alguna vez, haber sido.
Antes de que todo se funda en negro
o se desbarate entre los estilizados reclamos
del mercadeo cotidiano o que la melancolía
haga de mí su estatua de sal; deseo que
haga de mí su estatua de sal; deseo que
esa otra razón enraizada en mi cuerpo,
teja de nuevo su trama de invisibles rastros.
Huerta-Madrid, agosto-Septiembre de 2008
Huerta-Madrid, agosto-Septiembre de 2008