sábado, 30 de agosto de 2008

Rastros invisibles


 



En un extremo del huerto, 
al resguardo de los soles de agosto
las gardenias destilan un sutil perfume 
que interrumpe mi lectura,
con una evocadora maraña de 
ecos etéreos.

Amanece un anhelado junio en Madrid 
y el quiosco de las flores
rebosa de pétalos variopintos frente al anden, 
aun oscurecido, que me arrebatará de aquí, 
hacia un puerto de calles refulgentes, 
cercado por marismas y balsas de azul cobalto; 
allá, en medio de un laberinto de lodo 
coronado de un ralo verdor
que guarece de los vientos,  
nace la paciente decantación de las salinas.

Cada anochecer, correrías de golondrina 
y el "Galán" exhalando sdulce aroma  
por el extremo de la recoleta plaza. 
 
Un sol acaramelado arranca destellos de nácar 
de la fachada de Don Justo que, solitaria, 
refulge en su coqueto modernismo.

Rachas de una brisa, cálida y terreña, 
arropan de ingenuidad el encelado recreo, 
camino de la orilla, por los pinos de Santa Ana. 

Un cerco de caricias y huidas 
abren trocha entre la tibia duna,
donde los rafales exudan su dulce rocío. 
 
Y tu sombra, clareando entre las adelfas, 
y yo, aturdido, afanándome tras tu rastro 
como lebrel que merodea las hondonadas. 

Tus dedos dejan sobre mi piel un reclamo 
de resina, mis labios trazan un sendero 
de suspiros hasta el lindero enagua. 

Un coro de caireles nocturnos acompasa 
el jadeo de la rompiente bajo un manto de luna  
que espejea en un mar de bonanza. 


Cual mal presagio, el encanto súbitamente se rompe,
Desbaratando las imágenes sobre el tapete de la noche,
Con todo, doy lo 
perdido por gozado  
y lo que creo que fue, por aquello que confiaba 
que pudiera, alguna vez, haber sido.

Antes de que todo se funda en negro
o se desbarate 
entre los estilizados reclamos 
del mercadeo cotidiano o que la melancolía
haga de mí su estatua de sal; deseo que 
esa otra razón enraizada en mi cuerpo, 
teja de nuevo su trama de invisibles rastros.


 



Huerta-Madrid, agosto-Septiembre de 2008

Homenaje, Agustín Vento Villate (1962-2024)

  Miro la sedosa nube deshilachandose en el horizonte.  Toco la nube. Miro  al tronco nudoso remedar la traza de un cuerpo. Al tronco me uno...