lunes, 4 de junio de 2007

“In vino Veritas”



Tratemos de mirar
A las cosas frente a frente
Ni más alto, ni más bajo
Que lo que nuestra altura nos permita.

Y no es que no hayan de rondar,
Nunca mas, quimeras prendidas
Al perpetuo don del habla,
Pero, con el tiempo, cada cual, de algún modo
En la exaltada luminosidad nocturna,
Rinde las armas al basamento de su fuste.

Y es cierto, nadie tiene lo que merece,
Ni elige aquello de lo que dispone;
Tanto en el febril terror
De las noches sin término,
O en el altivo orgullo
Que pone cerco a cada uno,
Ya tema o se afirme, sentirá:
¡No elegí haber nacido!

Nadie,
De entre la multitud que hormiguea
En las redundantes avenidas,
Cree merecer su destino; ni aquel,
Cuyo lazo vuela en risible nudo
Ante el esquivo reflejo de su conciencia;
Ni cada uno de los que componen
La Procesión de los milagros
Contra la mugre pared del registro.

A cada instante,
Una vida se extingue
Y una posibilidad se quiebra a destiempo;
Mientras, frente a distantes hogares,
Otros tantos se afanan por el próximo latido.

Cae el árbol
Abriendo una rasgadura
Con su retumbante lamento
—como advirtiéndonos—
que con el se desbroza el monumento,
Se viola la sagrada fronda
Y nuestro clorado alveolo,
Da paso a la esquilmación global.

Y todos somos testigos,
En frenético encadenamiento
De transparencia mediática;
Excitando nuestras
Ya exacerbadas conciencias,
Mientras se expolia el planeta;
¡nosotros no lo quisimos!

Nadie elige,
Nadie merece,
Nadie quiere
Ni el íntimo desapego que nos encoge;
Ni la indiferencia cómplice
Hacia nuestra propia futilidad; ya que,
¡yo no soy así!

Igual alguien,
En algún lugar,
Algún día, resuelve
Que cada nueva jornada
Es una oportunidad,
—La única de la que dispone—
Para reclamar
Lo que no ha de hacerse
En su nombre;
Y aprenderemos
A conceder dignidad
A aquel que la merece
Y a hacernos dignos
De aquello que no merecimos.


Madrid, Junio del 2007



Homenaje, Agustín Vento Villate (1962-2024)

  Miro la sedosa nube deshilachandose en el horizonte.  Toco la nube. Miro  al tronco nudoso remedar la traza de un cuerpo. Al tronco me uno...