lunes, 12 de febrero de 2007

El canto y el olvido






¡El canto otórgame
oh señora!,
de aquel varón 
de artimañas incontables
que errante trajinó 
de regreso a casa
después de asolar 
de Ilión la ciudadela…

Házmelo presente 
y que disipe
nuestra indiferencia 
hecha de olvido;
tráemelo al canto, 
para que, de uno a otro, 
transite entre las gentes
Como devuelto a la vida,
y ante ellos 
su derecho reclame:
¡Yo fui, yo soy, yo he sido!...

¿Acaso no merece compasión
aquél sobre el que cae,
por siempre,
el velo del silencio?


Cantoblanco, Enero del 2007

En el Claro

Bailan las hojas  Bajo luces fugaces Brincan los corzos  ***** 葉は舞う 光の閃きで 鹿は跳ぶ  ***** Ha wa mau Hikari no hirameki de Shika wa tobu