
Cielos de plata sobre inocentes pasos velados por el sueño
Rostros que tildan la trasnochada fatiga tras gafas ahumadas
Autos que se precipitan tras autos petrificados ante señales infantiles
Cansinos transeúntes que albergan recuerdos de colchas mullidas.
Una feria de anhelos que se traicionan con mirada esquiva
Fauna de trajes cruzados amparándose tras urnas de cristal
Empedernidos transgresores expuestos a la heroica intemperie
Aspirando los humos todos con la inconsciencia satisfecha.
Tumulto de bolsas agarrándose a los molinetes niquelados
Anuncios luminosos con palmeras tan lustrosas como improbables
Tintineo de tazas con su basso-continuo de lácteo vaporizado
Cruces, trolleys, paquetes desplazados y diarios deshojados.
Maremágnum de cuerpos agitados sin pudor ni consuelo
Mientras la música se enquista en los oídos auriculados
Paréntesis entre andenes y tildes tras las puertas corredizas
Destinos infinitos para reiteradas y triviales labores. Cada mañana.
Madrid, Junio del 2008
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