No he de cavilar más,No... ningún ocioso
pensamiento
Atravesará mi mente;
Ni soñaré,Que el sueño retenga
Sus dedos de pluma.
Tampoco mudaréMi ropa, ni peinaré
Las honrosas greñas
Que vetean mis sienes;
CallaréComo espejo velado;Y un alma anular
Tenderá
Lindes perfectas
A mi forzado encierro.
No miraré,ni siquiera abriréLos ojosA este dosel de nubes
Que cerca mi espera.
No quisiera que,Desatento,
Se desbaratasenEstos lánguidos pétalos
Que me ensartanAl tormento
De tu ausencia.
Madrid, 14 de Febrero del 2009
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Los ojos repasan una y otra vez las palabras, la respiración se detiene unos instantes y la mente busca sus correspondencias, y no sabría decir lo que ocurre, me gusta que este blog cada vez esté más fresco, que sucedan cosas en el mundo y que las personas se sienten ante ellas, y se busquen de algún modo, que expongan sus pensamientos sobre la mesa, cual libros esparcidos en una clase, y que estos permitan hilar sensaciones, experiencias o invenciones que provoquen, a su vez, nuevas sensaciones, que se guarden en otras experiencias e inspiren nuevas invenciones.
ResponderEliminarComo siempre, Gracias.
Suspendido en sí mismo, la mente reposada, los ojos cerrados, tranquilos, testigos de más de lo que quien mira ve, incorpóreo, ingrávido; luces perfumadas disuelven las sutiles lindes, abrazan y mecen lo que no tiene forma, se hacen túnica y cuerpo. La gravedad hace sonar su cuerno de sándalo, alados los pies vuelven a su seno, de nuevo hay cuerpo, los ojos miran, sonríen. La mente reposada, los ojos abiertos, tranquilos, testigos al fin de aquello que sólo era reflejo. No hay lindes, sólo luz y un delicioso aroma de hierba fresca y mimosas. B.S.
ResponderEliminarQuerido Anónimo:
ResponderEliminarEn la mesa del pensamiento quedó un hueco sólo habitado por el polvo. Es agradable volver a ver experiencias esparcidas donde sólo había silencio. B.S.