Somera,
la onda cubre la arena
con su caricia de espuma;
La bajamar,
revela lo intangible
que se eleva hacia el sol
entre un azar de regatos e isletas.
Es la rotación de los meteoros,
en la que se pergeña un mundo
de fugaces esplendores
entre cantos, limos y cenizas.
entre cantos, limos y cenizas.
De modo parejo, tu vida
se debate entre las mareas,
elevando una desigual porción
de tierra que irá cubriéndose
con el velo del tiempo.
con el velo del tiempo.
Ante nuestra incrédula mirada,
testigo de ese efímero esplendor,
cada rastro, cada huella
se irá unciendo al singular destino
se irá unciendo al singular destino
de nuestra memoria;
al fulgor de la retina
o a la plenitud de la nada.
Rota-La Plana, Abril de 2010
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