domingo, 17 de noviembre de 2024

En el Claro




Bailan las hojas 
Bajo luces fugaces
Brincan los corzos 


*****

葉は舞う
光の閃きで
鹿は跳ぶ 

*****

Ha wa mau
Hikari no hirameki de
Shika wa tobu



lunes, 4 de noviembre de 2024

Flamencos sobre las salinas de Tavira

 

Cruzan flamencos
las salinas en silencio, 
tras el ocaso 


*****

赤い鳥たち
塩田の静けさ
夕暮れに

Akaitori ga tobu 
Shioda no shizukesa 
Yuugure ni

martes, 29 de octubre de 2024

 





Se abre un claro
la hojarasca de oro
nos avecina

*****

空が開く
黄金の葉落ち
近づく秋

*****

Sora ga hiraku
kogane no haochi
chikazuku aki








viernes, 27 de septiembre de 2024



Tú y yo, unidos,
en justa diversidad,
dulce alteración. 

***

君と我
異なるままで
楽しき変化

Kimi to ware

Kotonaru mama de

Tanoshiki henka Amaki majiri”

viernes, 9 de agosto de 2024

JOSEÍN



José Vento Ruiz, 3 Julio 1925 – 16 Marzo 2005
Sit tibi terra levis

Tendido sobre los botalones, 
desmadejado y un punto ausente, 
como sólo la juventud admite, 
contempla las irisadas balsas 
de la dársena, trazar escamas 
de sierpe en las lustrosas aguas.

El cuerpo se acompasa a cada onda
en un vaivén adormecedor, mientras 
unas nervaduras de luz traspasan 
la superficie, con un fulgor de estoque.

Transcurren los días así,
con lastimera untuosidad, 
hasta que el horror dispone, 
sobre la cruel fantasía
de las hazañas bélicas, 
el horror absurdo
de un joven cuerpo cercenado,
del caz anegado en sangre 
vertiéndose en el talud 
de la bodega en llamas 
que apenas les protege 
de las bombas asesinas.

Embózate de ingenuidad,
muchacho, entre fragantes 
pinadas y admira los tonos 
de las escurridas gredas;
deja que ramoneen
tus cabras sobre las lomas,
que la retina libe el blanco 
marfileño de las alquerías lejanas
y arróbate al ver henchirse
de malva y madreperla
el cañaveral de atardecida.

Venera a aquel que te reveló 
la áurea proporción y las pacientes 
transparencias de las veladuras;  
rememora el mirar risueño 
que guió tu mano, 
entre ventas y acequias,
combinando los ensueños
en los trazos con que invocar
el divino ritual del simulacro.


Madrid, Febrero 2007




sábado, 3 de agosto de 2024

Sin paliativos




Una 
bocanada 
más

Una 
última 
bocanada
de urgido
aliento

Antes 
que
la claridad
de tu rostro
se 
desvanezca 
y
en tu mirada 
se asiente
la linde insondable
de 
una 
ausencia
sin orillas.





In memoriam Castellón, 23 de Abril de 2009/2012/2024

miércoles, 24 de julio de 2024

Deseo




Amanece

Claridad de almíbar
barniza el lecho

Dos cuerpos reposan
cual ensortijados restos
lánguidos ramajes
orillados tras las bravías
galernas del invierno.

La luz
Se abre a la mañana
y prende de las miradas
un renovado deseo
de aquellas caricias boreales
que amortajaron el silencio.

Y, devorándose,
se escapa el sueño
por los intrincados
laberintos del aliento.

Postigos del día
sus ojos de cierzo,
nenúfar rosado
se alza en su pecho
una mar de fondo
que deslía el tiempo.







lunes, 22 de julio de 2024

Corazones acariciando el aire





No había silencio 
en el poblado,
tan sólo pausas 
entre la constante
 algarabía 
de la espesura. 

Pero, he aquí
que una mañana, 
un leñador, 
ansiando algo 
con qué aliviar
su rutinaria labor, 
prestó oídos
a los golpes de su pecho
y fue marcando 
con ese pulso,
el ritmo pausado 
entre golpe y golpe.

Y en la choza cercana, 
un niño descabezó 
por fin el sueño 
sobre un resonante lecho
de tajos acompasados,
mientras su madre 
le tejía su sonrisa.

Y el trasnochador 
que la observaba,
acodando su melancolía 
al pilar de la puerta, cantó 
de las engalanadas muchachas
 regresando del río en la mañana;
de los atareados hombres
riendo junto al fuego;
de la frágil esposa
con el hatillo a la espalda.

Y cada uno tuvo una estrofa
a su propio quehacer ajustado,
y cada cual se demoraba
para mejor reconocerse en el canto

El encorvado abuelo
cargando el haz de leña,
los vocingleros zagales
con el mono saltarín,
las soñadoras jovencitas
que lanzaban la taba.

Sólo un grupo de las mujeres
seguía con su molienda,
ajenas al portento
que alumbrase aquel día. 

Pero a cada golpe 
el pesado mortero
 pasaba de mano en mano,
punteando el nuevo son
con un vaivén de hojas de palma
ceñidas a las caderas,
al tiempo que un rumor de jaguar
les nacía en en el pecho,
como una hamaca
mecida por el goce.

Y así, 
todos los corazones
acariciaron el aire.




Cantoblanco, 2007-2008

jueves, 18 de julio de 2024

Estela de Tiphys



Navegante que en el ocaso doblas
el traicionero cabo, pon al pairo las velas,
y acalla las voces que atosigan al remo.

Pues aquí pereció Tiphys, piloto del Argos,
por decreto de dioses que celos criaron
en su inmortal pecho ante mi orgullosa destreza.  

Recuerda al timonel que, en el albor de los días,
trazó la incierta ruta de un puerto señero
mas ahora yace varado, cual pecio, tras un temporal.

Mudarán los días su tersura aterciopelada,
rondarán tibias exhalaciones otros ropajes,
callará el agreste canto, como una señal más

Y a tu partida aquí quedaré, náufrago
de pasadas tormentas, mudo testigo de la vida
que se acumula, día tras día, en la paciente orilla.




Isla 1980-Madrid 2007

domingo, 7 de julio de 2024

Fulgor de Espejos





He ahí la Palabra, 
rotunda y diáfana
como filo de perlas
sobre fulgor de espejos.

He ahí la Palabra. 

Acudid a su encuentro
cual festivo podenco
cuyo trote pastueño
disfraza su anhelo
por reemprender senderos.

He ahí la Palabra. 

Que se vierta en la tolva
de los ávidos sentidos,
celebrando en la molienda
su cosecha de adviento. 

Que, con rumor de cántaros,
cumpla alegremente
su vocación de ecos, 
Y que relumbre en las miradas
 cuan zaguanes que se abren,   
entre un reguero de luces, 
a los entornados aposentos. 

He ahí la Palabra.

Porque ¿sin ella?
¿Qué sería del mundo?

De esta compartida 
orfebrería, plenitud 
que sólo en nosotros
se casa y recompone. 

De ese liviano aleteo
de hojas estremecidas
en resonante revolera,
hasta acariciar el cielo.

Sería tan sólo…

un llaguear de lo etéreo, 
venero que a borbotones 
manara  o río que, 
en el caz silente,
rebosara su cauce estrecho
y que ya nunca impulsaría
a la pala y la piedra
en la que otrora se mallara
la mies en sazón
de nuestro magro cuerpo. 




Huerta-Casita Azul, Agosto 2007




viernes, 28 de junio de 2024

Duelo





Esta tristeza
Luciendo de albayalde
lar y memoria.


***

この悲しみ
漆喰を纏って
家と記憶

***


Kono kanashimi
Shikkui o matotte
Ie to kioku



miércoles, 26 de junio de 2024

Verano




Brinca la arena
y el bruno cabello
revolotea.

Traza en el cielo
su efímera alegría 
el barrilete
.

El día pasa
hilvanando a la sombra
lánguidos sueños.





Cabanas de Tavira 2024


Lejana nieve,
Brilla en el atardecer
Donde quisiera ir. 

***

遠くの雪

夕暮れに輝く
行きたき場所


***

Tōku no yuki
Yūgure ni kagayaku
Ikitaki basho

domingo, 16 de junio de 2024




Cubrí de albayalde 
mi rostro
para que ya el mío
no fuera.

 Las cejas se alzaron
hasta el asombro
mientras
se derramaban
mis labios
en planetarios
bostezos de carmín.
 
Fui
una mueca
bajo los focos
mientras hacia sonar
mi diminuto saxo
y danzaba
con zapatones
de simpleza.

Pero los crótalos
de las infantiles risas
desmadejaban mi tristeza
y el chasquido del aplauso
hacía florecer
mi margarita de pacotilla.


Madrid, 16 de abril de 2024



 

sábado, 15 de junio de 2024


Sierra de las Berrocosas



Aquel paisaje,
lo efímero anhelas,
la luz perdura.


***

その風景

憧れる儚さ

残る光


***


Sono fūkei
Akogareru hakanasa
Nokoru hikari

jueves, 13 de junio de 2024

Oración



De la voz del deseo
Sierpe arcana 
sutil y llameante

Del beso al destino 
encadenado
Lúcido y planetario

De la herida en la tierra
Sembrada 
de dientes y esperma

De la mano del llanto 
temprano
Como primer tributo 
de aliento y alma

Por entre el tumulto
De cuerpos ardientes
Que insomnes se hunden
En el inculto abismo

Sobre los náufragos restos
De la memoria
Que con fugaz presencia
Me acarician
Cual aves nocturnas

Sobre la extensa soledad venidera
Sobre la mirada del hogar perdido
Sobre el desamparado rostro
Del animal erguido

Consagro la palabra
La fe en el sentido
Propicio la humana sangre
Que nos encadena a la esperanza.



Madrid 1983



Melancolías de Don Juan





Ya no recuerdo
tu nombre,
signo perdido
en el tráfago del tiempo.

Ni siquiera sé
cómo evocar tu rostro,
al que, aquella vez,
acosé con tanto deleite.

Apenas me ocupé
de los perdidos anhelos
o los presentidos temores.

No me desdije
con paladar amargo
de las argucias de miel
que urdí
en la penumbra.

Mentí,
bien lo sé,
reeditando
sobre tu cuerpo
las escaramuzas
de otros
amores desairados.

Las lindes
que entreveramos
con tanto ardor
fueron renuentes deseos
que ansiaban su olvido
entre tus cálidos flancos.

Huí.

Tu cuerpo amaneció
sin nadie
que le ofreciera amparo.

Y ahora
que contemplo
las nubes prender
guedejas azuladas
sobre las cimas de la sierra,

ahora que en los hogares
crepita el amable fuego,
expío
esta íntima condena,
este penar a destiempo,
con la certeza de haber hecho
de esta vida
un osario
de ocasiones baldías.






Huerta, Marzo 2006

lunes, 10 de junio de 2024

 



Copos de nieve,
su danza de náyade
mi aliento exhala  


***

雪の華
舞うは水の精
息白し

***

yuki no hana
mau wa mizu no sei
iki shirashi



sábado, 8 de junio de 2024

 




Resplandecen

Los frágiles pétalos

Al marchitarse. 


***


散るときに
儚い花びら
輝きを増す


***


Chiru toki ni
Hakanai hanabira
Kagayaki o masu






viernes, 17 de mayo de 2024

Léolo




"Porque sueño, yo no estoy loco"
Jean-Claude Lauzon, 1992.




Cada uno guarda de su infancia 
la impronta de un paraíso;
de un lugar protegido, 
en una floreciente confusión
de sensaciones sin nombre. 

Tal vez por ello, intuyes 
que una suerte de exilio 
se dispone ante tí 
al sentir la labor del tiempo. 

Tras ese umbral, un mundo comienza. 

Un mundo forjado 
en el yunque del dolor,
un mundo en el que aprendemos 
a vivir bajo la sórdida señal 
de la culpa, con la vaga sospecha 
de una falta que nos apremia.

¡Algo debimos haber hecho! 

Algo prohibido que se alumbró 
tras un cálido anhelo de poderío,
o que nació del soberbio descuido 
que anida en la ignorancia. 

Tal fue, en efecto, nuestra iniciación. 

Un singular instante 
larvado en la conciencia;
de padres a hijos, de hijas 
que se hacen madres. 

Una condena que nos lega 
un repentino gesto de rabia
y el imborrable semblante 
de nuestra más reciente osadía. 

Y así, al descubrir que accedemos 
a un horizonte ya dispuesto,
emerge el más íntimo desengaño, 
por el que, hasta lo más insignificante,
denuncia una extrañeza, tan propia, 
que el corazón se vuelve
hacia visiones y anhelos 
poblados de gestos ardientes
y fugaces placeres que, día a día, 
nos van encandilando. 

¡Si aún supiéramos recrearnos,
Tal vez la salvación estuviera a la mano!

Bastaría con idear un hogar
poblado por reflejos, olores 
y una soledad compartida. 
Allá deberíamos haber nacido, 
orgullosos portadores 
de un nombre apropiado. 
Si tan sólo pudiésemos renacer
tras el secreto que encierra 
el orden preciso de las palabras 
que nos permitieran evocar 
los rastros dispersos 
por la tersa piel de la memoria. 

Con todo, esos efímeros dones 
recién alumbrados, son ya portadores 
del vestigio de alguna falta,
pues devienen otro modo de fatalidad.  

Tal acaece con cada palabra, 
pues penamos tras ellas,
encelados por las brillos 
que iluminan, atravesados 
por el deseo que irradian. 

¡Palabras y deseos! 

Y una pasión irrefrenable
por nombrar, con tal 
de no dar término al sueño,
con tal de no aventurarnos 
y ver nuestra audacia pervertida 
en el curso de la indolencia cotidiana.

Un deseo de palabras
que es ya temor de realidad, 
anhelo de una vida
en la que alienta ya la muerte. 

Y aunque algún día 
nos buscásemos
entre papeles y retratos,
nos asaltaría, la extrañeza
y nos desviviríamos 
por recomponer
esa efímera coherencia
de la que está malhecha
nuestra imagen en el espejo. 

Y, pese a todo, 
en cada ocasión, 
el retrato, la carta 
o el reloj sin esfera, 
revelaría el escenario
de un olvidado sueño 
que aún añoramos.

Pues la tierra ignora 
esta voluntad nuestra
por persistir y se nutre 
de los restos desperdigados
por los márgenes 
de nuestra existencia.

la tierra no guarda memoria, 
sino que se desprende,
como muda de sierpe,
de los instantes, 
una vez consumados. 

¡Debemos, pues, aprender a morir! 

Debemos ensayar a vivir 
nuestra propia muerte.

No sólo una, multitud de veces. 

Pero ¿cuál? ¿Cuál es nuestra muerte? 

¿Cuál es la forma en la que seremos inmolados
en el caso de que no podamos hacer de un sueño 
nuestro modo de vida, o de que no logremos 
yacer junto a la belleza que ha alumbrado este mundo?




Cine y Tragedia: Léolo
XXXVI
Congreso de Jóvenes filósofos.
Madrid, 1999-2017




lunes, 22 de abril de 2024

Homenaje, Agustín Vento Villate (1962-2024)

 





Miro
la sedosa nube
deshilachandose
en el horizonte. 

Toco la nube.

Miro 
al tronco nudoso
remedar la traza
de un cuerpo.

Al tronco me uno. 

Soy 
un lebrel montaraz
en perpetua fuga
entre oteros y sabinas. 

vivo 
en el caudal bullente,
entre los roquedos
y esa bóveda estrellada. 

domingo, 31 de marzo de 2024

El pozo, el brocal y el cubo







Agustín Vento en el recuerdo.



Retorna al pozo, 
allá donde las tunas crecen 
con pinceladas sueltas
y las  mañanas relumbran
en un abrazo de brisa y rumor

Asómate 
al encalado brocal,
allá donde la luz 
bosteza en lo profundo, 
provocando un íntimo estupor.

Y traza con el cubo
y su alma de péndulo,
una vibrante cabriola
en la rica penumbra, 
ajustando 
tu habilidad y el azar,
salpicándonos 
de risas y alborotos 
con los que aplazar 
el instante del asalto
que nos inunde de frescor

En esta jornada, 
racheada de ábrego y poniente, 
quisiera que su recuerdo
se derramara sobre nosotros
como un presente de alegría 
y de aquel compartido candor.



Pedras da reinha, Cabanas, 27 de marzo de 2024



En el Claro

Bailan las hojas  Bajo luces fugaces Brincan los corzos  ***** 葉は舞う 光の閃きで 鹿は跳ぶ  ***** Ha wa mau Hikari no hirameki de Shika wa tobu